
Si rocé la luna con un suspiro,
fue porque tus labios tallaron peldaños
hacia el universo.
Entre beso y beso nacía un escalón
y entre los que no nos dimos… nacían dos.
Si toqué la luna y acaricié su rostro,
fue porque tus manos lo hicieron con el mío.
Y a tu lado fui noche y engendré una estrella
para que te guiara sobre mi piel desnuda
y que ni una sola de tus caricias, ¡ni una sola!
se perdiera entre la sombra de tus dedos tibios.
Si besé la luna y cerré los ojos,
fue porque entre tu cuerpo y el mío ya no habían cerrojos.
Y porque ella, recatada y cómplice, entornó los suyos para regalarnos
un techo de sombra donde cobijarnos.
Y comimos sueños y bebimos anhelos y sorbimos deseos… de caramelo.
Y al llegar el día y quedar sin techo,
me cobijé en el alba de tu recuerdo.
Lenta
1 comentario:
entre tu cuerpo y el mío ya no habían cerrojos........
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